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Desde los años 80, el sector de la construcción ha experimentado una notable expansión con la correspondiente subida de precios. De 2008 en adelante estas expectativas inmobiliarias y del sector de la construcción empeoran en el contexto de la crisis económica mundial. En esta coyuntura aparecen nuevas oportunidades de negocio, pudiéndose cerrar grandes transacciones económicas a precios más que atractivos.

Así en los procesos de compraventa se suele firmar una carta de intenciones en la que debe constar la realización de un proceso denominado “Due Diligence” O “Diligencias debidas”, en virtud del cual el adquiriente de una propiedad realiza con consentimiento explícito y asistencia del vendedor, una detallada investigación de diferentes áreas del activo inmobiliario en cuestión con objeto de conocer con mayor profundidad aquello que se desea adquirir.

La mejor forma de completar una DUE Diligence Ambiental en la que aparecen afecciones del subsuelo es la realización de un Análisis Cuantitativo de Riesgos (ACR) para definir la existencia de riesgos para la salud humana.

Oferta de servicios:

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Due Diligence ambiental

Consiste en evaluar el estado de cumplimiento de la empresa con la normativa medioambiental, así como los mecanismos de gestión de recursos para lograr en estado aceptable en cuanto a la  eficiencia energética y el tratamiento de residuos. El principal objetivo de la Due Diligence es reducir el riesgo en la transacción aportando al comprador una evaluación independiente y detallada del negocio y revisando la existencia de posibles pasivos ocultos o contingencias en todas las áreas de estudio o revisión.

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Análisis Cuantitativo de Riesgos

El objetivo básico de un ACR consiste en establecer un diagnóstico de la situación ambiental del subsuelo del emplazamiento. La consecución de este objetivo final se lleva a cabo a través de la determinación de:
• El análisis del riesgo potencial para la salud humana derivado de la afección del subsuelo del emplazamiento.
• La determinación de los niveles de afección residual admisible, SSTL (Site Specific Target Level), tanto en suelos como en aguas a través del programa informático RBCA (Risk-Based Corrective Action), teniendo en cuenta las características concretas del emplazamiento y su entorno.